miércoles, 28 de noviembre de 2007

Cherry, Harry y Raquel: Megavixens

Soldado en el desembarco de Normandia, Fotografo en playboy, director de culto de películas picantes… aunque lo parezca no es la letra de una canción de Joaquin Sabina sino la vida de Russ Meyer. Cuando hablamos de Russ Meyer es difícil saber donde termina la realidad y empieza la ficción. Fue un personaje tan Bigger than life como los que salían en sus películas. Si tenemos que creer sus palabras descubriremos que perdió su virginidad en un prostíbulo en Europa durante la segunda Guerra Mundial, invitado por un amigo suyo, un tal Ernest Hemingway. Lo que si es cierto es que fotografio para revistas como Playboy a mujeres de la talla de la fabulosa Jayne Mansfield, Anita Ekberg o Mamie Van Doren. Cierto es que inspiro el argumento de “Doce del patíbulo” a su guionista, al hablarle de unos condenados a muerte en una prision britanica que habian aceptado una misión suicida. Cierto es también que empezó a rodar una película con los Sex Pistols y acabo largandose del proyecto debido a las intromisiones del manager de estos, Malcolm McLaren, y cansado de los excesos de Sid Vicious y compañía. Se caso con tres supermujeres (algunas salieron en sus pelis como Edy Williams) y tuvo líos con algunas de sus actrices como la espectacular Kitten Natividad.




Meyer y una de sus musas, Uschi Digard, en "Cherry, Harry y Raquel".



Director completamente de culto, gozo de muchísima popularidad en la década de los 70 en USA y Europa, en España no pudimos ver sus filmes hasta que esas hermosas carátulas con mujeres de senos descomunales tomaron las estanterías de los videoclubs a mediados de los 80. Por aquella época un servidor era un niño y sus pelis eran lo más cerca de la pornografía que se podía estar. Aunque no nos equivoquemos, lo que hacía Russ Meyer distaba mucho de serlo. Tampoco es que fueran arte, solo eran diversión. Me siento un poco estupido teniendo que defenderlo como gran autor en el 2007, pero hay tabúes como el sexo que son difíciles de derribar.
Comenzó rodando documentales sobre strippers y rodó la primera película erótica de la historia “The Immoral Mr. Teas” (59). Meyer fotografiaba, montaba, escribia y dirigia sus pelis. En muchas de ellas incuso participaba como actor o narrador. Según sus palabras cuando escribia, lo hacia pensando en que escribia el guión de unos dibujos animados que iban a ser protagonizados por actores de carne y hueso. Sobre todo de muuuucha carne.
Con “The Immoral Mr. Teas” comenzó una primera etapa de pelis y documentales en los que el desnudo femenino era el protagonista (característica que conservo en todas sus cintas) y la siguieron una serie de cintas mucho más duras y violentas, rodadas en blanco y negro entre las que destaca la mítica “Faster, Pussycat! Kill! Kill!” (65). Cuando me plantee abordar una solo de sus películas dude entre esta y la que nos ocupa. Finalmente me decante por “Cherry, Harry & Raquel!” ya que es la que inaugura una etapa en Meyer aun más ludica, más surrealista y más humorística. Sin dejar de lado las elevadas dosis de sexo y violencia, claro. Además “Megavixens” (como también se la conoce) forma parte de la serie que le hizo más popular. Y por supuesto por Charles Napier. Antes de ser el malo de "Rambo" o el guarda que se las ve con Hannibal Lecter en "El Silencio de los Corderos" ya era todo un icono en las pelis de Meyer. Esta es la primera colaboración entre director y actor.

Harry: "No me gusta que las mujeres se manoseen. No es americano"

Si hablamos de Meyer la verdad es que el argumento importa poco (sobre todo a partir de esta cinta), es mera excusa para exhibir a unas hembras que parecen venidas de otro mundo. A esto hay que sumarle que más de la mitad del metraje fue destruido por accidente por el laboratorio fotografico. La verdad es que no sabemos como sería el guión en su origen, lo cierto es que lo que hay es muy divertido. Un sheriff corrupto (Harry, brutal Napier en su primer protagonista) se dedica a vender drogas y a atender los caprichos de su mujer, Cherry (Linda Ashton) y de su amante, Raquel (Larissa Ely). Estas dos no son las más carismaticas de las chicas Meyer pero cumplen bien su función. Mucho más carismatica es la habitual, y estrella de culto absoluto de los 70, Uschi Digard que hace un surrealista papel de operadora telefonica con todos sus dialogos en sueco. Teniendo en cuenta que es una telefonista y el resto de los peronajes habla en ingles... Las escenas de sexo son menos creativas (y ateleticas) que en otras ocasiones por el contrario en las escenas de acción Meyer echo toda la carne en el asador. Como por ejemplo esa parodia/homenaje de una corrida de toros con mejicano y sangriento final incluido o la brutalidad del climax final. Quizas porque en esta ocasión no son las mujeres el eje del acción sino el salvaje Napier.
Para los que no esten iniciados en su cine descubriran un modo de hacer cine con un sello muy personal, atrapado por completo en la epoca y a la vez completamente distinto a las películas de sus coetanios. Hoy en dia siguen resultando igual de distintas y originales. Su uso del montaje, unos angulos marcianos que aprobechan las curvas de las mujeres retratadas, un humor surrealista casi de dibujos animados. Todo hecho a su manera y a la vez disfrutable al 100% al menos si eres varón y hetero.